Retomamos de nuevo el milenario arte de la trampearía. Pero antes de iniciar este interesante viaje, deseo dar mis agradecimientos a dos de mis alumnas, por su importantísima colaboración con la escuela de supervivencia que dirijo. Ya que gracias a las magnificas ilustraciones de Miriam Lorente García y a los fenomenales montajes de Jéssica Mellado Escalera, los seguidores de Lobos Negros, Supervivencia y Legado, podrán conectar mejor con todo el humilde conocimiento y vivencias que un servidor desea transmitir al público, para acercaros un poco más a nuestra madre naturaleza y reencontrar de nuevo nuestros orígenes.   

         En los apartados que trataremos seguidamente, podremos disfrutar de las excepcionales ilustraciones de Miriam y de los formidables montajes de Jessica. Un trabajo realizado por ambas lobas cuya finalidad, es enriquecer a todos aquellos seguidores que siguen las huellas de lobo negro.

CEPOS

Aunque la mayoría de las especulaciones respecto a la creación de dicha trampa, la cual se sitúa con el descubrimiento de los metales, concretamente del cobre y del hierro, cabe la posibilidad que esta existiese ya en el periodo del Neolítico. También la aparición de tales artilugios, concretamente el cepo de arco, en varias pinturas rupestres ubicadas en varios puntos de la geografía de nuestro país, nos hace pensar que los cazadores de la prehistoria ya empleaban este artilugio para cazar.

LOS CEPOS DE ARCO

         Este peculiar cepo al parecer esta estrechamente vinculado con el arco lanza flechas. Pues su mecanismo principal es un arco que tiene la función de cargar las orquillas con la torsión o rizo de la cuerda que este dispone. Pero esta hipótesis no deja de ser una especulación, eso sí, basada en una lógica elemental, pues para la fabricación de este artilugio se empleaban materiales naturales como la madera y cuerdas elaboradas de cáñamo, esparto, piel o tendones. Por lo tanto, es más que probable, que esta trampa se remonte al Neolítico.

         El cepo de arco está destinado a presas como la perdiz, la tórtola, palomas, etc. El conejo, la libre, pueden ser atrapados también, si el arco es de un tamaño mayor y más resistente para poder conseguir una fuerza superior.

         Son conocidos por todos, aquellos cepos elaborados con hierro. Estos artilugios relativamente modernos, no son de nuestro interés, pues lo que verdaderamente interesa a un superviviente, es elaborar estas trampas con materiales que podamos encontrar en la naturaleza. Por ello, tomaremos especial interés en la confección de aquellos cepos que podamos elaborar con materiales naturales como pueden ser, la madera, ramas flexibles, cuero, tendones, tripas, cáñamo, etc. Es en este proceso artesanal, donde reside el verdadero espíritu de la supervivencia.

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